Se publican los resultados del estudio de seroprevalencia en una de las localidades alemanas más afectadas por la pandemia - Nuestra CEO lo interpreta en la revista semanal Focus, una de las más influyentes de Alemania
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Foto: Schüller/Roberto Pfeil/dpa
Entre el 30 de marzo y el 6 de abril, 919 personas de 450 hogares (de un total de 600 seleccionadas al azar) de la localidad alemana Gangelt (en la frontera con Holanda, distrito de Heinsberg), fueron entrevistados y sometidos a pruebas del virus SARS-CoV-2 y de los correspondientes anticuerpos (que indican que se ha pasado la enfermedad, lo que proporciona inmunidad durante un periodo aun desconocido). Según los resultados, algo más del 15% de la población llegó a infectarse.
Esta seroprevalencia (proporción de las personas que han pasado la infección) no puede extrapolarse al resto del país, dado que Gangelt es uno de los pueblos más afectados por la pandemia, debido a un brote a raíz de una fiesta de carnaval, que había dejado siete fallecidos entre sus 12.500 habitantes, a los que se añadió un octavo poco después de concluir el estudio. Eso implica una tasa de letalidad real (es decir, sobre el conjunto de los infectados, no solo los casos detectados) de aproximadamente un 0,4%, es decir, aproximadamente uno de cada 250 infectados fallece.
Si esta tasa de letalidad aplica para el conjunto nacional - con una tasa de mortalidad de unos 84 fallecidos por cada millón de habitantes en estos momentos - obtendríamos una seroprevalencia alrededor del 2%, lo que supera aproximadamente en un factor 10 los cerca de 165 mil casos registrados en el país germano. No obstante, en su artículo en la revista semanal Focus en el que interpreta los resultados del estudio, nuestra CEO Katharina Schüller recuerda que la población de Gangelt es algo más joven que la alemana en general, por lo que cabe esperar a nivel naciopnal una letalidad algo mayor y por tanto una seroprevalencia algo menor.
Aproximadamente el 30% de los infectados tenía pocos o ningunos síntomas. El estudio también revela que el riesgo de contagio por convivir en un mismo hogar es menor de lo esperado - la convivencia no implica ni mucho menos el contagio - mientra que las aglomeraciones fiestivas, como era de esperar, sí lo incrementan en gran medida.
Schüller destaca la limitación que supone el carácter transversal del estudio, que proporciona una instantánea de la situación, sin que se pueda evaluar la evolución de la epidemia, de gran importancia precisamente durante la reapertura del país para detectar a tiempo, sin en retardo del tiempo de incubación, los posible rebrotes. Por ello revindica una vez más un estudio longitudinal, con test periódicos en un panel representativo.
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